La tecnología y la libre circulación de conocimiento
Publicado el 11/07/2008, por Félix del Barrio Cruz, Vicepresidente y director general de Oracle Ibérica
Cito el último informe sobre la estrategia de Lisboa renovada, presentado por la Comisión Europea, a finales del año pasado.
"Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), impulsadas por un Internet de alta velocidad, son fundamentales para incrementar la productividad y fomentar la innovación en Europa. Existen aún demasiadas pequeñas empresas sin conexión a Internet de alta velocidad, lo que obstaculiza su desarrollo y su potencial de innovación. Junto con el incremento de la competencia en los mercados de telecomunicaciones, se necesitan planes nacionales que garanticen antes de 2010 el 30% de la población de Europa utiliza la Internet de alta velocidad".
¿Cuál es la situación en España? Hemos avanzado. Según la última oleada publicada por el Observatorio de Red.es, el 42% de los hogares españoles se encuentra conectado a Internet, correspondiendo el 75% del gasto que se realiza en estas conexiones el destinado a ADSL. En este sentido, el ritmo es muy positivo, más aún si tenemos en cuenta el crecimiento de más del 20% con respecto al mismo periodo del año anterior. Sin embargo, no debemos relajarnos cuando se trata de reducir esa distancia histórica que nos ha situado por detrás de los primeros países de Europa. En ello va la eficiencia de las empresas y, por tanto, del país.
Hace años, se distinguía entre la competencia y eficiencia de las empresas y la Sociedad de la Información. Eso se acabó; ambas están tan estrechamente vinculadas que ya no es posible discernir una de otra. En el informe estratégico al que hacía mención al inicio de este artículo, ya se habla, por primera vez, de una quinta libertad: la libre circulación de conocimientos. Y esos conocimientos afectan tanto al ámbito privado, como al público y al conjunto de la sociedad.
Aunque aún hay pequeños reductos del tejido empresarial que no han aceptado el hecho de que las TIC contribuyen a la eficiencia y competitividad, la concienciación en el conjunto es un hecho. En gran medida, son los intangibles los que ahora condicionan la economía del país, entendiendo como tal tanto el conocimiento como la experiencia de quienes desarrollan una actividad. Por este motivo, decimos que la línea que separaba empresa de Administración Pública o sociedad cada vez es más y más difusa.
La Unión Europea se ha percatado de ello y, en la actualidad, se mantiene firme a la hora de seguir avanzando y acordar un planteamiento político que resuelva los obstáculos presentes en todas las etapas del desarrollo de las pymes.
Se avecinan tiempos de lo que algunos llaman recesión económica y otros tan sólo incertidumbre, pero a todas luces se evidencia que todos debemos estar preparados para responder no sólo con las decisiones más acertadas, sino, además, con tiempos de decisión cada vez más cortos.
Aquí, el papel de la tecnología y, más concretamente, del software cobra vital importancia, porque el conocimiento al que hacía referencia, esos intangibles, son información y el volumen de ésta es tan extraordinario que ha sobrepasado los límites de la razón humana. Más aún teniendo en cuenta el impulso que por parte de la Administración Pública se ha dado a las gestiones electrónicas con novedades legislativas, como la Ley de acceso electrónico de los ciudadanos a los Servicios Públicos (LAECSP), la nueva Ley de Contratación Pública o el DNI electrónico.
Empresarios, Administración y ciudadanos pueden sacar el máximo provecho de estos avances en una gran diversidad de ámbitos, más allá de los tributarios, en cuyo punto, es de justicia admitirlo, España es puntera en Europa. La Sanidad o la Educación son sólo dos buenos ejemplos del bien que el software, y las TIC en general, pueden hacer en la Sociedad del Conocimiento.
En todo este entramado y reforzando aún más la alianza entre ámbito público y ámbito privado, se alza el I+D+i. Este aspecto ha estado en el punto de mira de los Ejecutivos español y europeo en los últimos tiempos. Desde la óptica europea, se espera que el Instituto Europeo de Innovación Tecnológica (EIT) empiece a funcionar el año que viene, disponiéndose de más de 85.000 millones de euros para inversiones en conocimiento e innovación, en virtud de los nuevos programas de política de cohesión. No obstante y retomando la quinta libertad de libre circulación del conocimiento, es necesaria la eliminación de múltiples barreras aún existentes, incluyendo las de orden legal que impiden que universidades, institutos de investigación, empresas e investigadores trabajen juntos.
De nuevo, la tecnología puede ser ese elemento, en este caso juez y parte, que termine por capitalizar todo el potencial investigador europeo. Es preciso que los Estados miembros tomen medidas adicionales para alcanzar sus objetivos de inversión en I+D en 2010. Los costes de protección y ejecución de las innovaciones siguen siendo demasiado altos en Europa, pero aún es posible liderar en ciertas materias. España, por ejemplo, es uno de los países que más capital extranjero comienza a atraer gracias, en gran medida, a los buenos profesionales que tenemos en Tecnologías de la Información. Los pilares con varios centros de I+D a nivel europeo ya están puestos. No perdamos este atajo que nos brindan las TIC para reengancharnos al tren de la competitividad europea.
CONSULTEN, OPINEN , ESCRIBAN LIBREMENTE
Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
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