| La gestión del conocimiento se da en el marco de la globalización. Por lo tanto, este proceso se difunde cada vez más en las fronteras nacionales insertándose en un contexto mundial a través del internet, la televisión satelital, la telefonía móvil, entre otros, que permite la comunicación del conocimiento entre diferentes países de forma oportuna y ágil.
Y de allí, es donde empieza la globalización, como la entendemos en la actualidad como: un proyecto de los países desarrollados de crear un espacio de comercio exterior, donde se invita a todos los empresarios a comercializar los vienes y servicios mediante la comunicación mundial.
Lo anterior, ya tiene un notable afán ético, se trata en que paulatinamente los seres humanos interactuamos cada vez más y abrimos las puertas a otras culturas, pero el propósito es especialmente utilitarista (principio moral), con el fin de relacionarnos cada vez más a nivel mundial, hacer más negocios y abrir mercados internacionales, esto es una prioridad de los países desarrollados para poder exportar sus excesos de producción.
Cuando priorizamos trabajos con el conocimiento al servicio del mercado mundial, que muchas veces es al servicio de los países desarrollados, entonces si esta participando en consolidar el economicismo (primacía sobre la sociedad y de otra índole) en la sociedad mundial, a través de la ley de la oferta y la demanda y el esfuerzo del invidualismo, que se expresa muy bien con el término "hommo económicus", dejando a otro lado las dimensiones humanas, como el amor por el conocimiento y la sabiduría en si mismo, la construcción del tejido social, la auto relación personal y la búsqueda del desarrollo sostenible a través del equilibrio ecológico con el medio ambiente.
Es por eso, que en todos estos aspectos estamos en crisis y dicha crisis cada vez aumenta más sus ímpetus por la poca acción que tenemos para afrontarlo.
Miremos esto: cuando se da una crisis económica, esto es una alerta mundial y de inmediato todos comienzan a participar para buscar resolverlo, esto sucedió por ejemplo, hacen varios años con la crisis económica de argentina, que con el apoyo internacional este país se recuperó, sin embargo, cuando se trata de otros asuntos humanos igualmente importante como el problema del hambre en muchos países pobres, la violencia extremada, la violencia política, etc., allí no se da este proceso de apoyo masivo a nivel internacional, tampoco se solidarizan internacionalmente y cuando se da es porque hay grandes intereses económicos en juego.
De este modo la ética se reduce a código para regular las relaciones y establecer sanciones, donde se desintegra como tal el sentido de responsabilidad y solidaridad sistemática, sin buscar generar proceso de convivencia en sí con los otros y con el entorno en una perspectiva del presente y pasado en las generaciones futuras.
Entonces lo que se da es que nos movemos por códigos de éticas, pero no por una antropo-ética (morin, 2002), que logra vincular en toda la sociedad mundial el bucle individuo-sociedad-especie humana-otras especies-ambiente-cosmos.
Negociar el conocimiento con ética, es entonces gestionar el conocimiento con antropo-etica, con conciencia de los efectos negativos de una globalización enmarcada sólo en propiciar el comercio exterior asumiendo el compromiso de generar una tierra patria.
Esto requiere de un proceso educativo que trascienda la formación en normas morales y en el conocimiento de la ética en toda su esencia, en otras palabras es una educación para el desarrollo del pensamiento complejo.
Con lo anterior, no es que se requiera bloquear la globalización ni el comercio exterior, si no este macro proceso de internacionalización debe ser más justo en tomar los elementos apropiados para socorrer el desarrollo humano en toda su dimensión.
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