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De visita en el país, el experto analiza la falta de liderazgo de los países de la región y los desafíos para los gobiernos actuales.
Paula Namur Y.
Arturo Valenzuela es chileno, pero ha desarrollado gran parte de su carrera como cientista político en Estados Unidos. El asesor presidencial de Bill Clinton hoy es director del centro de Estudios para Latinoamérica en la Universidad de Georgetown y la semana pasada estuvo de visita en el país.
- ¿Se verá América Latina afectada por la crisis subprime?
- No en el corto plazo. Si hay una caída fuerte en los niveles de crecimiento en Estados Unidos, eso puede afectar a la región y no sólo a la región sino al resto del mundo, pero es un momento de incertidumbre. Por lo menos, ahora habría que mantener un cierto optimismo respecto a las posibilidades de crecimiento en la región gracias a las exportaciones y a la gran demanda por las materias primas de América Latina.
- ¿Hay algún país que destaque en la región?
- Esto lo discutimos mucho en el Foro Iberoamericano; la preocupación que hay sobre la incapacidad de América Latina de liderar muchos temas. A pesar de que podemos hablar del mejor período de desarrollo económico en la región en mucho tiempo, los números de crecimiento son inferiores a otras partes del mundo y América Latina está enormemente rezagada en los temas de capital humano, como educación, salud, familia, y problemas de la ciencia, tecnología, e innovación.
- ¿Cómo se ve, entonces, el panorama de América Latina?
- Lo que se percibe es ahora un mayor desorden, distancias más grandes, y una falta de coherencia de los liderazgos de la región, que es bastante distinto a lo que se veía en los años `90, cuando había más consenso y más capacidad de ejercer políticas colectivas.
- ¿Cuáles serán los desafíos de la presidenta electa Cristina Fernández en Argentina?
- Argentina se ha beneficiado de los precios de los commodities, de un repunte natural después de la caída tan brutal de la economía del año 2001. Parece que los precios de la soja van a seguir siendo altos y, en ese sentido, es un cuadro relativamente promisorio.
Lo difícil es que no está claro que esto sea sostenible en el tiempo, ya que hay un déficit de inversiones importantes en Argentina y es preocupante el tema de la inflación.
Paradojalmente, esta presidenta que llegará a la Casa Rosada con una intención de hacer un papel internacional totalmente distinto, a lo mejor se va a tener que preocupar de algunos de los déficit que van a empezar a aflorar en el aspecto económico y social.
Colapso en política
- Y, en Chile, ¿está agotada la Concertación?
- Lo que ocurre en Chile no es tanto un colapso de la Concertación, sino un desencanto en ciertos sectores de la población, en especial entre los jóvenes, con los partidos políticos en general.
Eso no significa que, por ejemplo, se haya beneficiado en forma clara la derecha en relación a la Concertación en estos temas, sino que es un rechazo a la política en general.
- ¿Le hace bien a la derecha tener dos líderes fuertes?
- Es sano, obviamente, en un sistema democrático que haya distintas voces y aquí estamos hablando no sólo de personas de un sector, sino de distintos partidos. Y eso es natural en cualquier democracia.
Ahora, si uno ve un poco lo que podría ser la mejor estrategia política para la derecha, que todavía tiende a tener un apoyo menor en la población respecto de la Concertación, probablemente no le conviene tener dos voces tan claras y esta competencia política, porque la afecta.
Así también, como en la Concertación la competencia interna fomenta la democracia, desde el punto de vista de las fuerzas políticas como tales, no es lo más indicado para tener una victoria clara en la próxima elección.
- ¿Cómo se ven personajes como José Miguel Insulza o Ricardo Lagos que están teniendo un rol preponderante afuera?
- Por lo general, hay una evaluación muy fuerte en el extranjero de los liderazgos chilenos de estos últimos tiempos, y a lo mejor ciertas personas son más valoradas afuera que en el propio país, donde uno siempre cae en la cosa pequeña interna.
En general, hay un reconocimiento de la tarea política chilena, del nivel de preparación y de la sofisticación política de los chilenos, que han podido gobernar al país en una forma bastante excepcional dentro del marco latinoamericano. Y lo que a menudo se percibe como la grilla interna, de afuera se ve de otra forma, de menos importancia. Es el caso de la propia Presidenta Bachelet, que sigue teniendo grados de aprobación y de admiración muy fuertes en el extranjero. |
(Publicado : 5/11/2007, 5:0 horas)
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